Como cualquier ruleta de la suerte,nuestra vida no deja de dar vueltas. Nunca sabemos cuál va a ser la siguiente casilla, imprevisible, apasionante. El que no arriesga no gana, y aquí hemos venido a jugar. Levanta las cartas, respira y adelante, no le des más vueltas, que la vida son dos noches, una última carta de nuevo; otra vez, no está todo perdido. La suerte te da la mano si la persigues, comprobado. Cabeza alta y no pierdas el tiempo, que el sol se está levantando.
Cierra la puerta y no apagues la luz: manos a la obra
Accidente o casualidad, con la mirada al frente y las manos en el volante. Cuesta abajo y con los frenos de adorno, como suele decirse, con las manos en los bolsillos buscando el agujero por el que se escapó tu risa. Asustado por el destello de tu sonrisa, como el primer día. Que de todo se aprende y a mi pesar y para que no lo olvides, no es oro todo lo que reluce.
Desorientado en el ojo del huracán
y cegado por el brillo de tu sonrisa,
con el orgullo entre la espada y la pared,
aún sigo esperando que donde se cierre una puerta se abra una ventana,
que lo nuestro no fue un accidente,
que las estrellas antes si llevaban deseos
y por eso la luz todavía parpadea en nuestra mirada.
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